El emprendimiento llegará a los colegios sí o sí. La nueva Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce) introduce la idea y, en el caso de la Comunidad Valenciana, la Conselleria de Educación ya ha dicho que se estudiará como asignatura en todos los cursos de Secundaria. Ahora bien, la cuestión es qué se entiende por emprendimiento y, sobre todo, cómo enseñar a emprender.
La cuestión no es menor, como destacó ayer en unas jornadas de formación con profesorado en la Conselleria Carmen Pellicer, directora de la Fundación Trilema y responsable pedagógica del programa Aprender a Emprender: Cómo educar el talento emprendedor 2015, impulsado por la Fundación Princesa de Girona. «El desafío actual es cómo los maestros que no somos emprendedores vamos a educar al emprendedor», afirmó Pellicer.
Dicho con otras palabras, si lo opuesto al emprendedor bien podría ser un funcionario, ¿cómo va a educar este al que está llamado a ser el emprendedor del mañana? Cuidado, porque el debate debe ser cómo transformar a los docentes «en docentes emprendedores y no en pseudoempresarios». «Debemos proteger las escuelas de experimentos que vienen con intereses ajenos al mundo educativo», según Pellicer.
Aprender a emprender, por tanto, nada tiene que ver en el aula con enseñar a un niño de 5 años a obtener beneficios de la venta de gominolas, como se llegó a plantear en un programa británico. No se trata de que los niños jueguen con el dinero, sino de fomentar en ellos la proactividad con proyectos que busquen cambiar su entorno. Al fin y al cabo, se trata de que los jóvenes tomen las riendas de su vida, teniendo en cuenta los altos índices de paro que han trasladado la presión social por el autoempleo al sistema educativo, según reflexionó Pellicer.
Pero, ¿cómo deben ser esos profesores emprendedores? El primer rasgo debe ser su «compromiso con la transformación social de su entorno y, por supuesto, ser un líder. En segundo lugar, es importante apostar por «entrenar» la competencia emprendedora, algo muy relacionado con aprender a emprender.
Crear entornos de aprendizaje lo más reales posible es otra característica de la enseñanza del emprendimiento. «El aula debe parecerse a la vida real», resumió Pellicer. De ahí la necesidad de trabajar por proyectos.
Por ejemplo, Escuelas de Artesanos presentó su proyecto sobre cómo convertirse en artistas y galeristas llamado Pinzellades. El Colegio Larrodé organiza una feria sobre la oferta de ocio en Catarroja realizada bajo el proyecto Recrea tu entorno, mientras que con el De la pedra al plàstic la Nostra Escola Comarcal de Picassent se traslada a la prehistoria. También presentó Devuélveme la vida el Colegio Trafalgar, una iniciativa emprendedora en materia de reciclaje. O el CEIP Mare de Déu de la Misericordia de Vinaròs, con un proyecto sobre dieta saludable y tabletas.